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12 jul 2016

Oración con las víctimas del terremoto

Ayer por la noche dos nuevas y fuertes réplicas del terremoto del 16 de abril sacudieron la tierra en Ecuador. Se han sentido sobre todo en Esmeraldas y en Manabi. Ya son más de 2.100 desde el día del sismo principal. Desde ese momento, las Hijas de la Sabiduría de Ecuador, con otros muchos actores que han querido vivir la solidaridad con las víctimas, hemos ido a las zonas afectadas para participar en la misión de acompañamiento y ayuda de las personas que han sufrido las consecuencias de este desastre natural.
En próximas entradas compartiremos algunos testimonios de las hermanas. Ahora presentamos una oración de la hermana Violeta.

Me vienen al corazón las palabras de San Luís María de Montfort, “el brazo de Dios no se ha acortado”. Hermanos y hermanas ésta es la esperanza que hoy me nace recordarles: Dios está presente más que nunca con ustedes en cada gesto por la vida que han vivido y siguen viviendo.

Está en el socorro heroico de las familias, de los padres, de las madres, hijos e hijas; en los vecinos y vecinas que han ayudado a salvar a los más débiles, niños y ancianos, y está en la acción de los desconocidos, voluntarios anónimos que han acudido, simplemente, al llamado de la necesidad de otros seres humanos. Está también en la fidelidad de un perro más que mascota, amigo, guardián de la familia sin apartarse de ella incluso en el peligro de la muerte que acecha.

El Señor está con ustedes y el prójimo también. El Señor está con ustedes cuando han cruzado fronteras de tantos tipos para apoyarse, para consolarse.

¡Ánimo, hermanos, ánimo! 
En la solidaridad de pequeños y grandes, Dios está con ustedes.

Nosotras, nosotros, los consagrados no nos quedamos paralizados. No podemos hacerlo, sino que resuena en nosotros/as, la palabra del profeta “¡Ay de mi si no arriesgo, si no camino con ustedes!”.

Danos, Señor, danos fuerza.

Oh Sabiduría, concédenos vivir lo que nuestra buena Madre María Luisa nos dice: poner en práctica lo que tú mismo nos has revelado, ser ternura, misericordia, fortaleza, esperanza en una realidad donde se anhela tu presencia fecunda. Concédenos ser sabiduría, ser tus enviados.

6 may 2016

Un joven en misión: "Amaré a los que me quieren y a los que me odian"

Compartimos un testimonio profundo y emotivo de Diego, perteneciente a los “Jóvenes misioneros de la Sabiduría” del grupo de Quito que nos transmite su experiencia de varias misiones con el grupo de jóvenes misioneros y con las Hijas de la Sabiduría. ¡Le dejamos la palabra!

Dios se hace presente en las personas y en su forma de amarlo” es una frase que casi siempre he escuchado, probablemente también es algo que en repetidas ocasiones lo menciono. Sin embargo algunas veces olvido lo que realmente significa y siento esas palabras vacías.
Quizás amarlo no es tan fácil como algunos piensan y es que ello conlleva arriesgar nuestra forma de pensar, nuestras actividades rutinarias e incluso a ir en contra de lo que creemos mejor para nosotros mismos. 

Cuando Dios quiere algo de nosotros, sin duda nos insistirá con paciencia hasta que nos demos cuenta de que lo que él nos pide es mucho mejor de lo que nosotros queremos en nuestra vida. 

Las veces que voy de misión a evangelizar, a ayudar a personas desvalidas o a apoyar a las parroquias rurales que visito, logro observar el verdadero significado del amor divino. Me doy cuenta que todos somos buenos y merecedores de su Reino, pues tenemos bondad en nuestro corazón, lamentablemente nuestras malas decisiones no nos permiten serlo completamente. 

Es así como cada misión tiene algo distinto, y es que la realidad de cada lugar caracteriza a las personas de una manera especial; algunos aceptan con amor a Dios, otros lo evitan, algunos se burlan de él, a otros ni siquiera les interesa. En fin, afrontar todo eso es parte de la misión evangelizadora a la que Dios nos llama siempre y es entonces cuando soy consciente que se hace presente en los demás pues así como el nos perdona día tras día de todo lo malo que hacemos espera con una enorme paciencia a que estemos dispuestos a cambiar nuestras malas actitudes y hábitos, esperando que esa conversión sincera nos haga crecer seguramente a costa de lo que el mundo equívocamente cree que es lo mejor. Nadie es perfecto solemos decir, Dios lo sabe y así nos ama, es así como espera que lo sigamos ¿qué misioner@ nació santo?, pues ninguno.

Mi experiencia de misión me asegura, que acudir al encuentro de los demás no siempre es sencillo pero sin duda vale la pena, además si Dios me salvó ¿qué impediría que aquellos que lo busquen sin saberlo o los que como yo lo odiaran y luego terminen amándolo?. Por mi parte estoy seguro, que iré a donde él me envíe, amaré a los hermanos que me quieren y a los que me odian; es así como Dios me enseñó su amor y es así como lo encuentro en el mundo.

2 abr 2016

La ecología : protagonista en un encuentro de amistad franco-lationamericano

La hermana Sylvie nos comparte su testimonio de un encuentro que ha vivido recientemente en relación con la situación ecológica en América Latina.
Desde hace unos años soy la delegada de la Conferencia Episcopal de Francia para coordinar a los misioneros y voluntarios franceses que viven en Ecuador. En cada país latinoamericano hay un delegado que cumple la misma función que yo. Cada 2 años, los delegados de los distintos países de América Latina se encuentran unos días para reflexionar y compartir sobre un tema. Este año 2016 era sobre la Ecología y el lugar elegido fue Quito.
Personalmente, y en relación con los llamados que se nos han lanzado estos días, he recordado y agradecido la belleza y actualidad de nuestro carisma de Hijas de la Sabiduría que nos invita a contemplar, respetar y cuidar la obra de la Sabiduría creadora que continuamente suscita la VIDA y que nos invita a ensanchar nuestro corazón a la dimensión del mundo entero.
Nos hemos encontrado viniendo de Brasil, Perú, Bolivia, Honduras, Ecuador y Francia. Participaron de Francia el obispo Mgr Dognin, responsable de la Comisión Francia-América Latina de la Conferencia espiscopal francesa (CEFAL), y el P. Luc Lalire, secretario de esa misma institución.

Para iniciar el encuentro y tener elementos profundos para la reflexión se invitó a varios ponentes comprometidos con este tema.
1. Mgr. Barreto, arzobispo de Huancayo- Perú, obispo enlace entre la Red Eclesial  Pan-Amazónica (REPAM), el CELAM y el Vaticano.
Nos presentó qué relación tienen la fe y la Iglesia con la ecología; cuales son los fundamentos bíblicos de la ecología y qué postura debe tener un cristiano frente a la ecología, tomando referencias en los documentos del Papa Francisco Laudato Si y Evangeli Gaudium. Nos invitó a recuperar nuestra capacidad de contemplación, a recordar como Dios contemplando al mundo decidió enviar  a su Hijo. El cristiano debe mirar la realidad socio-política y la naturaleza, experimentando el dolor de la humanidad y de la naturaleza. Eso nos lleva a repetir el proceso de la encarnación de Cristo, y a ser colaboradores con ese Dios Creador  que sigue creando con nosotros.
2. Mauricio López, secretario ejecutivo de la REPAM  y de la Cáritas Ecuador. Nos recordó tres actitudes esenciales para entrar en la realidad:
-la metanoia: conversión pastoral y ecológica.
-el discernimiento para comprender tal como se presenta la realidad.
-la parresia: salir al encuentro de la realidad  y contribuir a cambiarla.
La REPAM nació en septiembre de 2014, durante una Comisión reuniendo 60 personas  de 20 países en continuidad con la reflexión y la presencia de la Iglesia en la Amazonía desde los años 1970.
Mauricio nos recordó que el Papa Francisco dijo en Brasil en 2013: “Si fracasamos en la Amazonia, fracasamos como Iglesia en todo el mundo”. Si no trabajamos juntos, el sistema extractivo va ganar.
La Amazonia representa 20% del agua dulce (no congelado) de todo el planeta y 34% de los bosques primarios. De los 130 pueblos que viven en aislamiento  voluntario en todo el mundo, alrededor de 100 están en la zona amazónica.  Es también la mayor zona mineral del planeta.
3. Maximiliano Asadobay, de la diócesis de Riobamba-Ecuador, formado a la escuela de Mgr Proaño.
En Ecuador son 13 los pueblos indígenas. Maximiliano nos recordó  que somos hijos e hijas de la Pacha Mama y nos compartió la visión cósmica de su comunidad indígena: 
- Cuatro fiestas agrícolas con sus rituales marcan el año, celebradas  con mayor intensidad según la región. Según esa visión, el pasado está adelante pues se sigue el camino de los antepasados. 
- Las relaciones son binarias como las cosas, siempre se deben complementar para que haya vida(ej. Sol y Luna, caliente y frio, mujer y varón, etc)
- El tiempo se desarrolla a partir del Centro, y el centro es la Tierra. El runa (la persona) es parte de la Tierra, esa última no le pertenece; por lo tanto viene consecuencia de comportamiento con la Tierra, y el convivir con ella. Hay que recibir y dar: recibo los productos de la Tierra y debo llevarle el abono, dejarla descansar (poner animales para que  alimenten la tierra). Hay ritos que cumplir para sembrar, cosechar, cortar árboles, etc.
El pensamiento del mundo occidental es antropocéntrico, mientras que el pensamiento indígena es agrocentrico.
4. Varios testigos y actores ecuatorianos nos presentaron en forma de talleres la realidad ecológica del país: la lucha contra las minerías en el Intag; la lucha contra las petroleras en el Yasuni; la investigación de unos jóvenes de una universidad de Riobamba junto con la población sobre la contaminación de los ríos; la emanación de gases del volcán Tungurahua; la deforestación, y la falta de productividad que originan la migración.

Fueron unos días apasionantes que nos redinamizaron en nuestro deseo de ser consecuentes con el compromiso que cada cristiano debe tener con la creación, la Casa de todos. 

¡Gracias, Señor, por la maravilla que es para nosotros la creación y ayúdanos a ser coherentes con nuestro compromiso de respetarla y cuidarla!




19 feb 2016

Misericordia recibida y compartida...


"La misericordia enriquece a todo quien la práctica, la recibe, la anhela, la presencia…  y he recibido tanta misericordia como la pude haber dado.!"

En esta cuaresma que nos invita a vivir concretamente la misericordia,  Caterina nos comparte una experiencia significativa: la misión que realizó con la Hna Violeta y otros jóvenes en vísperas de Navidad en la que pudo gustar la misericordia de Dios recibida y compartida con otros… 

Es maravillo cómo las cosas más significativas en la vida, suceden al dejarse guiar por la voz de Cristo latente en necesidades, dolores y aflicciones de cada hermano y hermana.

Salimos rumbo a Manta con la Hna. Violeta y un grupo de universitarios de la PUCE- Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Al principio el sol caldeaba el desánimo, tal vez propio del envolverse en lo incierto y lo no conocido. Disponibles a tomar el rol de misioneros nos dirigimos a las periferias de Manta, se presentaban paisajes impactantes por su sequedad, tierra caliente y reseca que escribe su historia bajo el vuelo de aves carroñeras.

Cada uno de nosotros nos alojamos con las familias de ahí, invitados a tejer relaciones fraternas con ellas. Llevamos a cabo diversas actividades. 

En las mañanas realizábamos mingas en deterioradas viviendas habitadas por ancianos con entretenedoras experiencias que contar; sin embargo, ahora asilados junto al montón de basura, donde algún familiar suyo olvido sus recuerdos junto con él. Estas tareas nos dieron valiosas oportunidades para caer en cuenta de la importancia de darnos generosamente al otro, a la otra; llevar la misericordia como compromiso de amor.

Cada tarde bajo un inclemente sol, recorríamos las calles organizando actividades para los niños o visitando familias. El camino nos iba mostrando  carencias, vicios, abusos con la naturaleza, un gran descuido con el cuidado de los animales… Una voz resonaba en mi corazón y en el de cada joven diciendo que aquí hay mucho que hacer, que yo puedo estar llamada(o) para dar el primer paso en esta marcha.

La misericordia es un acto multidireccional, que enriquece a todo quien la práctica, la recibe, la anhela, la presencia…  y he recibido tanta misericordia como la pude haber dado. Realmente recuerdo esas noches que marcaron mi mente y corazón; durante ocho días compartí las novenas de Navidad en un barrio llamado 15 de Setiembre, cada día en un hogar diferente. Al ritmo de los chigualitos, versos al niño Jesús; niños, jóvenes y adultos reafirmaban el ideal ser pueblo unido en Cristo.

Cada familia fue un libro abierto dado generosamente a mis manos. En la sencillez, y la apertura de un corazón sincero, hemos compartido nuestra dignidad de ser hijos de Dios. Nuestro protagonista fue aquel niño casi desnudo nacido en la humildad de un pesebre; así mismo, cada noche, motivados por esa cultura alegre y acogedora, juntos en oración nos comprometíamos a construir ese mismo pesebre en nuestros corazones, corazones que pueden dar la calidez a este Niño de Amor. Juntos pudimos sentir, en la medida de lo posible una verdad, que Dios está dentro, no tardar buscándolo afuera. ¡Vamos a su encuentro!

Manta es una tierra acogedora, ahora nos vamos convencidos que no hay verdad más cierta que esta. Muchas gracias a cada persona con la que compartí momentos de diálogo, porque dejaron huellas imborrables en mí. ¡Gracias Dios!