“Había allí unos pastores que vigilaban el rebaño durante
la noche…El ángel les dijo : No teman. Les traigo una buena noticia... Hoy les ha nacido un Salvador”. Lc 2
“Dios que para salvar al hombre,
halla un secreto admirable,
se convierte en lo que somos
para hacernos lo que Él es”
San Luis María de Montfort , Cántico 64
Con el deseo de prepararnos a vivir las celebraciones propias de
Navidad, queremos abrir nuestros corazones y nuestras vidas a la ternura de
Dios que se ha hecho hombre. El viene entre nosotros para hacernos experimentar
su presencia amorosa y paciente por mí, por ti, por cada uno y cada una.
Nuestro Papa Francisco, en sus homilías, en sus discursos, retoma
con frecuencia este tema de la ternura de Dios hacia nosotros y él mismo está
dando cada vez más signos de ternura hacia los niños, los enfermos, las
personas mayores, hacia los que sufren, hacia los pecadores para que puedan
recibir la misericordia del Señor. En una entrevista en estos días antes de
Navidad el Papa afirmó: “Cuando los cristianos olvidan la esperanza y la
ternura se convierten en una Iglesia fría que no sabe ya a dónde ir”.
Celebrar Navidad es experimentar la ternura del Señor en nosotros
e irradiar esta ternura a nuestro alrededor. Miremos las relaciones que tejemos
cada día entre nosotros, nuestra manera de anunciar el Evangelio, a la luz de
esta ternura de Dios hacia nosotros. Pero al mismo tiempo, comprometámonos a
ser nosotros mismos ternura para cada
persona, para las que viven situaciones difíciles, para aquellos y aquellas que
viven momentos de cruz, de tristeza, de aislamiento…
Él nació en la noche. Tal vez porque los humanos temen la oscuridad
y había que disipar el miedo ... tal vez porque las mejores palabras se dicen
en el silencio de la noche, o porque es de noche cuando podemos ver las
estrellas que nos guían ... Su Luz viene en la noche para
que ya no tengamos miedo de afrontar todo aquello que nos hace vulnerables y
podamos acercarnos, como Él, a todos aquellos que viven situaciones de
sufrimiento. Él nos dice que está a nuestro lado. Se une a nosotros en
el corazón de la noche. Dios ama a este mundo con su sabor amargo de muerte y su
dulce sabor de vida.
Para que cada día sea Navidad: amemos, experimentemos
el sentido del servicio, el perdón mutuo, la alegría del compartir. “En esto
conocerán que son mis discípulos, en que ustedes se aman unos a otros” S. Juan
13,34- 35
A cada uno y cada una de ustedes, unidos con nosotras a través de la
lectura de este blog, deseamos una muy FELIZ NAVIDAD …Que la acogida del niño de
Belén en nuestra vida ilumine todos los acontecimientos que nos será dado vivir
a lo largo del año 2014.