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24 jun 2013

Bendición de la casa de la Sabiduría en Quito

Este sábado 22 de julio de 2013 nos han acompañado para celebrar la bendición de nuestra nueva casa algunas de nuestras hermanas de Cumandá, los amigos de la comunidad de Quito (sobre todo personas de la parroquia), y nuestro párroco que presidía la eucaristía.

Ha sido un día de gran alegría para todas nosotras. Además de varios meses de construcción propiamente dicha, se cierran así varios años de proyectar, de buscar fondos y de gestiones administrativas para lograr los permisos necesarios.

Hemos visto culminados muchos esfuerzos desde que decidimos juntas la necesidad de agrandar nuestra casa. Esta ampliación nos permitirá, entre otras cosas, atender mejor a los niños del proyecto “Para que todos tengan vida” y tener una capilla para acoger a los Amigos de la Sabiduría y a las personas que quieran venir a rezar con nosotras.

Todo ha ido muy bien y este sábado hemos dado gracias y hemos confiado a Dios el futuro de lo que se vivirá en la casa. Para ello hemos contado con la participación activa y entusiasmada de cada uno/a de los presentes.
Los niños del proyecto, que son los que más la van a disfrutar, habían dibujado previamente la "casa de la Sabiduría". En el momento del ofertorio todos, adultos y niños hemos compartido nuestros sueños, deseos y compromisos para que entre todos hagamos que esta casa sea verdaderamente de la  Sabiduría.  Esperamos y queremos que sea una casa de fraternidad, de oración, abierta, en la que todos los que vengan, niños, jóvenes y adultos, puedan sentirse bien acogidos y aportar su contribución.

Después de la eucaristía continuamos la fiesta con un compartir sencillo de algunas de las especialidades culinarias de cada unos de los países de dónde venimos las hermanas, juegos, danzas y hasta una piñata que causó entusiasmo entre los niños presentes. ¡Gracias a todos los que han hecho posible la construcción y la fiesta!

6 jun 2013

Encontrar a Dios en todo lo que hacemos y dejarse encontrar por Él.

Esta es la invitación de la hermana Silvia después de una experiencia de misión que ha vivido durante unos días y que nos comparte a continuación.
Estoy contenta de compartir mi experiencia con los niños de un barrio. Al visitar las familias en una semana de misión descubrí que los niños jugaban en la calle, de un lado a otro, sin preocupaciones y siempre alegres e inquietos, claro hay que tener en cuenta que era tiempo de vacaciones y aun no empezaban las clases. Aunque mi misión principal no es trabajar con niños, mirando esta realidad me preguntaba ¿qué hacer con estos niños? ¿acaso no podría organizar encuentros con ellos? Así surgió la idea de convocarlos. Con la ayuda de una joven que estaba en experiencia vocacional en nuestra comunidad, conseguimos encontrarnos con ellos todos los días de la misión en las tardes, para compartir cantos, oraciones, dinámicas y pequeñas actividades manuales y recreativas.
Estoy convencida de que estos niños cambiaron mis esquemas, veo que  soy capaz de animar grupos de niños. A partir de las capacidades y habilidades que Dios me regala, he podido ofrecer lo mejor de mí a esos pequeños. Y reconozco sobretodo que el amor de estos niños despertó la ternura que hay en mí. Esta experiencia me invita a aceptar con humildad, que Dios está en todas las misiones o servicios que realizamos. Lo importante es encontrar a Dios en todo lo que hacemos y dejarse encontrar por El.
Esta pequeña realización me ha hecho recordar las palabras de la beata María Luisa Trichet, nuestra fundadora :“Doy gracias  al Señor, querida hija, porque al parecer quieres trabajar cada vez más por tu perfección. Los pequeños consejos que voy a darte me parecen importantes para todas la Hijas de la Sabiduría. Son que seas muy obediente, muy humilde y llena de caridad……” (Carta N° 24)
Confieso que estas virtudes a las que hace referencia  María Luisa Trichet, me parecen un ideal excelente, pero no fácil de vivir. ¡Como cuesta! Pero intento vivirlo con la ayuda de mi Dios, principalmente en la nueva misión que se me encomienda, el acompañamiento de las familias en las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs.) en el Cantón Cumandá.