La hermana Sylvie nos comparte su testimonio de un encuentro que
ha vivido recientemente en relación con la situación ecológica en América Latina.
Desde hace unos
años soy la delegada de la Conferencia Episcopal de Francia para coordinar a
los misioneros y voluntarios franceses que viven en Ecuador. En cada país
latinoamericano hay un delegado que cumple la misma función que yo. Cada 2
años, los delegados de los distintos países de América Latina se encuentran
unos días para reflexionar y compartir sobre un tema. Este año 2016 era sobre la Ecología
y el lugar elegido fue Quito.
Personalmente, y en relación con los
llamados que se nos han lanzado estos días, he recordado y agradecido la
belleza y actualidad de nuestro carisma de Hijas de la Sabiduría que nos invita
a contemplar, respetar y cuidar la obra de la Sabiduría
creadora que continuamente suscita la VIDA y que nos invita a ensanchar nuestro
corazón a la dimensión del mundo entero.
Nos hemos encontrado viniendo de Brasil, Perú, Bolivia, Honduras, Ecuador y Francia. Participaron de Francia el obispo Mgr Dognin, responsable de la
Comisión Francia-América Latina de la Conferencia espiscopal francesa (CEFAL),
y el P. Luc Lalire, secretario de esa misma institución.
Para iniciar el encuentro y tener
elementos profundos para la reflexión se invitó a varios ponentes comprometidos
con este tema.
1. Mgr. Barreto, arzobispo de Huancayo- Perú, obispo enlace entre
la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM), el CELAM y el Vaticano.
Nos presentó qué relación tienen la fe y la Iglesia con la
ecología; cuales son los fundamentos bíblicos de la ecología y qué postura debe
tener un cristiano frente a la ecología, tomando referencias en los documentos
del Papa Francisco Laudato Si y Evangeli Gaudium. Nos invitó a recuperar
nuestra capacidad de contemplación, a recordar como Dios contemplando al mundo
decidió enviar a su Hijo. El cristiano debe mirar la realidad
socio-política y la naturaleza, experimentando el dolor de la humanidad y de la
naturaleza. Eso nos lleva a repetir el proceso de la encarnación de Cristo, y a
ser colaboradores con ese Dios Creador que sigue creando con nosotros.
2. Mauricio López, secretario ejecutivo de la REPAM y de la
Cáritas Ecuador. Nos
recordó tres actitudes esenciales para entrar en la realidad:
-el discernimiento para comprender tal
como se presenta la realidad.
-la parresia: salir al encuentro de la
realidad y contribuir a cambiarla.
La REPAM nació en septiembre de 2014, durante una Comisión
reuniendo 60 personas de 20 países en continuidad con la reflexión y la
presencia de la Iglesia en la Amazonía desde los años 1970.
Mauricio nos recordó que el Papa Francisco dijo en Brasil en 2013:
“Si fracasamos en la Amazonia, fracasamos como Iglesia en todo el mundo”.
Si no trabajamos juntos, el sistema extractivo va ganar.
La Amazonia representa 20% del agua dulce (no congelado) de todo
el planeta y 34% de los bosques primarios. De los 130 pueblos que viven en
aislamiento voluntario en todo el mundo, alrededor de 100 están en la
zona amazónica. Es también la mayor zona mineral del planeta.
3. Maximiliano Asadobay, de la diócesis de Riobamba-Ecuador,
formado a la escuela de Mgr Proaño.
En Ecuador son 13 los pueblos indígenas. Maximiliano nos recordó
que somos hijos e hijas de la Pacha Mama y nos compartió la visión
cósmica de su comunidad indígena:
- Cuatro fiestas agrícolas con sus rituales marcan el año,
celebradas con mayor intensidad según la región. Según esa visión, el
pasado está adelante pues se sigue el camino de los antepasados.
- Las relaciones son binarias como las cosas, siempre se deben
complementar para que haya vida(ej. Sol y Luna, caliente y frio, mujer y varón,
etc)
El
pensamiento del mundo occidental es antropocéntrico, mientras que el
pensamiento indígena es agrocentrico.
4. Varios
testigos y actores ecuatorianos nos presentaron en forma de talleres la
realidad ecológica del país: la lucha contra las minerías en el Intag; la lucha
contra las petroleras en el Yasuni; la investigación de unos jóvenes de una
universidad de Riobamba junto con la población sobre la contaminación de los
ríos; la emanación de gases del volcán Tungurahua; la deforestación, y la falta
de productividad que originan la migración.